martes, 11 de junio de 2019

Solo cuatro de 28 casos por abuso sexual tienen sentencia

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La mayoría de quienes cometen actos de abuso sexual infantil son varones adultos. Integran el entorno cercano y están en el círculo de confianza, familiar o institucional, de las víctimas, que en su mayor porcentaje son niñas.
Así se cae el mito de que el abusador es un “sujeto anónimo”. 
El abuso sexual es otra forma de abuso de poder, el peor de todos, especialmente cuando se manifiesta sobre niñas y adolescentes. Un ultraje que marcará su vida, especialmente cuando la agresión se convierte en violación.
En Arequipa, los casos de violación sexual contra niños aumentan cada año en 15%. Un total de 103 delitos en contra de niños fueron detectados en 2018.
De esta cifra, la violencia sexual ocupa el primer lugar con 68 casos y el abandono está en segundo lugar, con 35. Desde que inició el 2019, se registraron 15 casos.
La directora del Centro de Prevención del Abuso Sexual (CPAS), Dessy Zanabria Palomino, recalcó que lo primero que se debe lograr es romper el silencio.
Luego, se debe promover que la sociedad tome conciencia de que la violencia sexual al interior de la familia, de la escuela y en lugares comunes en donde están los niños, es una realidad.
De los casos anteriormente mencionados, sólo 28 fueron derivados al Ministerio Público, pero de estos, apenas cuatro lograron una sentencia condenatoria.
Dos terminaron con la captura del agresor y los otros permanecen en calidad de requisitoriados.
MAYOR PROTECCIÓN
Zanabria está de acuerdo con las críticas a la mala administración de justicia. Pero, considera que la Nueva Ley de Flagrancia podría ayudar a agilizar los procesos, conjuntamente con la ayuda de los maestros y padres de familia, quienes se niegan a ver lo que ocurre en sus casas y tapan las agresiones en lugar de denunciarlas.
Otro problema, es que los menores deberían poder declarar el mismo día que fueron abusados, porque luego de dos meses son intimidados y cambian su versión.
La especialista resaltó que el silencio es la principal barrera que enfrentan, para tratar los casos de violencia sexual.
Por lo pronto, el CPAS trabaja con 4 psicólogos en 10 instituciones educativas públicas. En donde brindan sesiones de ayuda a los escolares y logran que denuncien el abuso del cual son víctimas.
EFECTOS Y CONSECUENCIAS
En las primeras sesiones se registran los síntomas que experimentaron durante su niñez y adolescencia, cuando sufrieron los abusos sexuales, conductas que coinciden con la sintomatología propia de un estrés postraumático.
Miedo, problemas para dormir, pesadillas, confusión, sentimientos de culpa, vergüenza e ira, junto con la incapacidad de manejar estas emociones.

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